Por lo que se ve en todas las plataformas de la listas del FA para las próximas elecciones, el
Sistema de Cuidados es una figurita repetida. Sin embargo, no se ha hablado mucho sobre qué significa ésto del Sistema Nacional de Cuidados .
Me parece demasiado importante como para no debatirlo y dejar que quede solamente en manos de los “entendidos”,
como sucedió con tantos otros temas en vísperas de las elecciones pasadas, como la Reforma de la Salud, por ejemplo.
(que por suerte viene saliendo muy bien, pero que cuando apareció, la mayoría
no entendíamos en qué consistía ).
En lo personal, yo creo que no hay un solo sistema de cuidados,
sino varios. Hay un sistema de cuidado de infantes y niños en edad inicial, hay otro sistema de
cuidados para enfermos crónicos y otro para adultos mayores y cada uno tiene
sus propias características y formas de financiación.
En los tres Sistemas me parece que su denominador común es que
debemos hablar de cuidados institucionalizados. En algún momento se habló de
pagar una asignación especial a las mujeres que cuidan otras personas. En lo
personal, creo que ese modelo no brinda ninguna seguridad sobre la calidad, duración
y seriedad de dicho cuidado y su control es imposible, por lo que se
transformaría en una transferencia sin ninguna contraprestación clara y controlable.
En cambio un cuidado institucional que puede ser mejor controlado, sería razonable
y alcanzable.
También me parece que para los 3 Sistemas deben compatibilizarse los medios públicos de
financiación, con la ejecución privada, aunque no descarto ejecutores públicos
tampoco, pero nunca en exclusividad.
Me parece que la experiencia de los CAIF y otras describen bastante
bien el camino a recorrer para el
cuidado de niños, que consistiría en la apertura y generalización de este tipo
de centros en cada barrio.
Para los enfermos crónicos y minusválidos no lo tengo estudiado y no me animo a tirar ninguna línea, prefiero leer algo por lo que agradecería que me hicieran llegar materiales.
Para los enfermos crónicos y minusválidos no lo tengo estudiado y no me animo a tirar ninguna línea, prefiero leer algo por lo que agradecería que me hicieran llegar materiales.
Para mí, el SdeC de los adultos mayores es el más caro e
importante en monto y me parece que su financiación será el punto
más controvertido de todo lo que se discuta.
Por tanto, para entender por dónde van mis ideas al respecto,
necesito aclarar (y aclararme) conceptos sobre qué es un SdeC del AM y sobre el
sentido y destino de la Previsión Social y de las Jubilaciones. Estos temas yo
los veo muy interrelacionados y en un país pequeño y con recursos limitados, entiendo
que no se puede tratar uno, sin repensar y reformular los otros.
Empiezo por esta pregunta:
¿qué significa Previsión Social?
Desde tiempos remotos y hasta el siglo XIX, los ancianos y los
enfermos eran cuidados por sus familiares.
El Seguro Social obligatorio nace en la Alemania de Bismark (1880)
como previsión de salud comunitaria, porque ya se observaba que la masa
trabajadora no era capaz de solventar los costos que un quebranto de salud del
pater familia ocasionaba. Estas situaciones, así como la muerte del proveedor
sumían en la miseria a la familia
entera. El Seguro Social Obligatorio, emparentado fuertemente con las
concepciones masónicas que bregaban por la desaparición de la dependencia de la
caridad tal como era entendida por la
Iglesia, crea una responsabilidad colectiva y rápidamente fue incorporándose en
las legislaciones nacionales en los estados luteranos primero y luego en el
resto de Europa, especialmente después de la primer guerra mundial.
En el período interguerras y como parte de su política del New
Deal, FD Roosevelt presenta la
iniciativa de Seguro Social Obligatorio en USA a comienzos de los años
30. Y ya en ese entonces se comienza a
visualizar que era necesario proveer cobertura para la vejez. FDR en su
discurso ante el Congreso al presentar la iniciativa expresó: “la civilización de los últimos cien años, con sus
increíbles cambios industriales, ha tendido a hacer la vida mas y mas insegura.
Los jóvenes han empezado a temer lo que será de ellos cuando les llegue la
vejez”
Posteriormente los conceptos de Prevision y Seguridad
Social han seguido evolucionando y las
herramientas jurídicas también, hasta una definición comprensiva como las que
vemos ahora:
“La seguridad social
es un instrumento jurídico y económico que establece el Estado para
abolir la necesidad, definición que incluye el derecho del ciudadano de un
ingreso para vivir y a la salud” (Ruiz
Moreno, Ángel Guillermo, Nuevo Derecho de la Seguridad Social,
Capítulo V. “La Seguridad Social en México, su Origen y su Desarrollo”, Ed.
Porrúa, 3ª edición, México, 1999, pp. 57 a 78.
Otro autor considera a la seguridad
social como “un conjunto de medidas adoptadas por el Estado para proteger a los
ciudadanos contra riesgos en situaciones de necesidad”, (Olea Manuel, Alonso. Instituciones
de Seguridad Social, Madrid, 1983, Ed. Civitas. P. 16)
“La Seguridad
Social es el conjunto de regímenes y normas adoptadas por el Estado que tienen
como objetivo mantener el nivel de vida de la población y asistir a los
necesitados, mediante prestaciones en
dinero y servicios, cuando son afectados por contingencias consideradas
socialmente protegibles”.
¿qué es y qué funcionalidad social
tiene la Jubilación?
“La jubilación es el acto administrativo por el que un trabajador en activo, ya sea por
cuenta propia o por decisión ajena, pasa a una situación pasiva o de
inactividad laboral tras haber alcanzado la edad máxima para trabajar o bien la
edad a partir de la cual se le permite legalmente abandonar la vida laboral y
obtener una retribución por el resto de su vida. Al retirarse de su trabajo, el
trabajador tiene el derecho legal de recibir las prestaciones correspondientes.
La legislación laboral de cada país estipula condiciones diferentes al respecto”
(http://www.e-conomic.es/programa/glosario/definicion-jubilacion)
Otra definición dice: “Es la acción por la que una persona trabajadora activamente, tanto por cuenta propia como por cuenta ajena, pasa a ser inactivo laboralmente, es decir, que deja de trabajar al darse una serie de razones, como edad, problemas físicos, etc.
Este cese definitivo de trabajo implica directamente la no obtención de sus ingresos mensuales, por ello, cuando una persona se jubila recibe mensualmente una prestación económica de por vida”.( http://es.wikipedia.org/wiki/Jubilaci%C3%B3n)
En todas estas definiciones se encuentra el concepto de “prestación económica” en “dinero y servicios”. Sin embargo, una visión
simplista y popular del asunto ha transformado la jubilación y la Previsión
Social principalmente, en una transacción de dineros.
El corazón de la responsabilidad del Estado hacia sus
ciudadanos que han cumplido su vida laboral, con la excepción de otras
prestaciones que parecen ser secundarias y menores, se centra en definir una
cierta renta mensual, a partir de complejas transacciones técnico
políticas, con la cual se entiende que recibiéndola,
el ex trabajador puede comprar en el mercado los servicios que cubren sus
necesidades y le permite vivir dignamente el resto de sus días. No es propósito
de esta reflexión cuestionar el monto ni los criterios de adjudicación de
esas rentas (que además no es una única
e igual para todos, sino que está relacionada con el monto aportado), ni
tampoco discutir sobre la magnitud de otras prestaciones no monetarias que el
BPS desarrolla, salvo para decir que, al menos en el imaginario popular, estas
no son la actividad principal del banco.
Pero sí me interesa referirme a la posibilidad de que pensemos en
que la responsabilidad del Estado pueda ser devuelta a los cotizantes de otra
forma, no solo con dinero.
Este punto es importante: si bien el trabajador
cotiza mensualmente y en forma obligatoria en dinero, la Previsión Social y la
Jubilación pueden consistir en prestaciones económicas que consistan en dinero,
o en servicios, o en una combinación de ambos.
Cuando nos encontramos discutiendo sobre un Sistema
de Cuidados y teniendo en cuenta los costos que tendría un verdadero Sistema de
Cuidados que realmente cumpla sus objetivos, parece imposible no dirigir la
mirada al BPS y a las AFAPs como financiadores de cualquier SdeC, con los dineros
que administran y a su vez, parece imposible no dirigir la mirada hacia los
beneficiarios de dicho sistema para que se entienda que no puede ser viable un
SdeC que no se alimente al menos en parte, de los derechos jubilatorios de las
personas.
Para entender mejor ésto es necesario pensar
empáticamente desde el jubilado.
¿cuáles son las necesidades de un jubilado/a? ¿cómo las
cubre?
Voy a intentar hacerlo ahora: El jubilado/a recibe el dinero de su
jubilación y con él resuelve sus necesidades básicas, las cuales pasan por
Seguridad, Entretenimiento y Salud. Si puede y su jubilación lo permite, dedica
el resto de sus ahorros a otras actividades, como apoyar a familiares jóvenes,
o financiar algún negocio menor. Pero el grueso del monto de la jubilación se
usa para mantener la calidad de vida adquirida hasta el momento de la
jubilación.
Evidentemente, cada adulto mayor, en función de su
nivel adquisitivo anterior tendrá expectativas diferentes sobre qué
significa contar con prestaciones de Salud, Entretenimiento o Seguridad. Para
satisfacer esas expectativas, el AM (o sus familiares) hacen uso de sus rentas
jubilatorias y de poseerlos, de sus ahorros.
Lo interesante de este proceso es que, a medida que
se recorren las etapas del envejecimiento, (AM autoválido, AM autoválido
contenido y AM no autoválido), cada vez más los seres humanos requerimos lo
mismo, sin importar los niveles adquisitivos de los que partimos. La vejez y la
muerte nos igualan.
Pero volviendo a la línea central de mi pensamiento:
¿dónde busca satisfacer el jubilado sus necesidades
básicas?
Por el momento, no tiene otro lugar que el mercado.
Y lo busca a través de distintas modalidades. Para
lograr seguridad, el AM requiere un techo, pero con éste no alcanza. La
seguridad no se logra con el techo, aunque éste sea imprescindible. En la
mayoría de los casos en Uruguay el AM es propietario, pero igualmente hay
muchos AM que alquilan y al pasar a jubilarse, el costo del alquiler es un
problema insalvable. Este aspecto ha sido reconocido por el BPS, que tiene una
línea específica de viviendas sociales que entrega en usufructo, pero no en
propiedad, a los jubilados necesitados, que son sorteados. Pero igualmente, aún cuando el techo esté
solucionado, esto no satisface la necesidad de seguridad del AM.
Por lo tanto, el AM busca en el mercado alguien que
le proporcione compañía y cuidado en sus momentos vulnerables. Cada vez más,
trabajadores aun de escasos ingresos pagan cuotas para acceder a un sistema
privado de cuidado prepago. Estos sistemas privados, se aseguran en la cuota el
equilibrio justo entre sus ansias legítimas de lucro y la necesidad y capacidad
de pago de sus usuarios cautivos. Algunos usuarios contratan porque no tienen
parientes, otros porque no desean molestarlos, pero los sistemas privados de
compañía han crecido geométricamente en toda Latinoamérica en el último
decenio. Y cuando el trabajador se jubila, sigue pagando este derecho a recibir
el servicio, de su jubilación.
Antes pasaba lo mismo con el derecho a las
prestaciones de salud. Hoy el FONASA ha creado una revolución en este tema y
dentro de poco (ojalá) toda la población tendrá un lugar donde recibirá su
prestación de salud en forma gratuita o subsidiada por el Estado.
Si por entretenimiento entendemos cómo aprovecha el
tiempo el AM, veremos también que hay una serie de ofertas privadas y varias
públicas, sobre todo en lo referente a lo cultural (excelentes posibilidades a
través del SODRE, IMM, MEC, etc)y en el transporte público, pero casi nada en lo referido al cuidado
físico y gimnasia, salvo excepciones veraniegas. No quiero dejar pasar el
Turismo Social, algo importantísimo que se está logrando en este decenio. Hay varias ONGs dedicadas a la atención del
AM y a su socialización, con costos razonables, que también el AM las cubre con
sus rentas jubilatorias.
Entonces, si éstas son las necesidades básicas de los
AM y las cubre usando las ofertas del
mercado y pagándolas con sus rentas jubilatorias,
¿para qué se necesita el Sistema
de Cuidados?
Básicamente, la respuesta está en que el AM es el
elemento vulnerable de la transacción porque negocia individualmente y con una
necesidad por resolver y porque es
tomador de los servicios que el mercado ofrece. Esto hace que el AM y sus
familiares terminen pagando fortunas por malos o mediocres servicios, o que
directamente no puedan hacer uso de los servicios y los cuiden en sus casas, a
costa normalmente, del trabajo no reconocido de las mujeres del hogar.
Un Sistema de Cuidados que otorgara al Estado un
protagonismo en este escenario de los AM significaría una protección mayor, un
avance en las políticas de Previsión Social del país, entendidas de acuerdo a
las grandes definiciones vistas al comienzo.
¿En qué consistiría dicho Sistema de Cuidados?
Me
gustaría presentar mi visión al respecto.
En resumen podríamos presentarlo como en la
habilitación de centros de Cuidado Integral al AM, controlados por un regulador
estatal, que presten servicios en las 3 etapas del envejecimiento, según un
Protocolo Básico de Atención al AM, consensuado entre los técnicos del
Estado y los representantes de los
usuarios y de los prestadores del Sistema de Cuidados. Por tanto, los AM
recibirían inicialmente solo espacios de Entretenimiento y Seguridad, así como
Atención Primaria de Salud, para luego requerir servicios de Contención ( cuida-
dos nocturnos permanentes o temporales, control de medicación a distintas horas
del día, además de los servicios anteriores) hasta finalmente requerir internación
y cuidados permanentes. Estos centros deberían contar con una Comisión de
Control integrada entre otros, por representantes elegidos por los propios
usuarios. Este requisito de participación es parte integral de la propuesta en
el entendido que la participación mantiene activo al AM y es la garantía de la
calidad del servicio en tanto que el control lo ejercen los propios interesados
y el Estado sólo intervendría en caso de conflictos.
El sistema de cuidados requiere en primer lugar la
existencia de estos centros (oferta) y la participación voluntaria de los AM
(demanda), así como un financiador (el Estado)
¿De dónde saldría el dinero para pagar estas
prestaciones?
Mi respuesta es que saldría de las propias jubilaciones de los usuarios.
¿De qué forma? Mediante un cálculo del costo de las
distintas prestaciones disponibles, tal como en el sistema mutual de salud, el
Estado paga los cuidados según una tarifa preestablecida y negociada con los
prestadores, según los usos registrados.
Luego el Estado debita el monto de la renta mensual
de cada usuario. Cuando ésta no alcance, la subsidiará.
¿Por qué pienso que el dinero alcanza?
En primer lugar porque si miramos el problema desde
otro ángulo y calculamos el ahorro generado desde el inicio de la vida laboral
de un trabajador hasta los 65 años y luego mantenido generando intereses para
ser usado solo cuando el usuario lo requiera (tal vez lo requiera recién a los
70 o a los 80 años) que pagaría su estadía en el Sistema Nacional de cuidados, el monto a pagar es apenas una parte de lo que
hoy cualquier trabajador aporta al BPS. Esto es cierto no para los valores de
mercado actuales, inflados por la especulación de los prestadores particulares,
sino para los costos reales de la prestación de los servicios.
En segundo lugar, porque muchos de los servicios requeridos
por el sistema de cuidados del AM que yo imagino ya están siendo pagados por el
BPS, pero están siendo ineficientemente usados porque no existe buena coordinación
ni privados que negocien ente ellos y con las instituciones públicas para
optimizar costos, porque igual pueden transferir los costos al usuario (AM
vulnerable o familiares igualmente vulnerables)
Sobre la
dinámica de funcionamiento de los centros de cuidados y su vinculación institucional
al SdeC del AM, en Proyecto SESAMO también podemos presentar un modelo, pero me parece que por el
momento los conceptos a discutir son
bastante complejos en la etapa de diseño estructural del SdeC, como para
agregar los aspectos más funcionales en esta etapa. El que lo desee, puede leer entradas más viejas de este blog, donde describimos con detalle el modelo de cuidados que promovemos.
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